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17 may 2010

Alcublas celebra su romería a la Cueva Santa

Puntuales como cada año, a las ocho de la mañana del primer sábado de mayo, prácticamente la totalidad del municipio de Alcublas se agolpa en la plaza de la Iglesia esperando la salida de la Virgen que aparece puntual, arropada por el ruido de la pólvora, los acordes de la música y portada a paso firme y decidido por los quintos.

Ataviados con atuendo militar, los chicos que cumplen 21 años, trasladan la imagen de la Virgen desde Alcublas hasta el Santuario de la Cueva Santa rememorando a los antiguos jóvenres que volvían de hacer el servicio militar obligatorio y portaban la imagen de la Virgen en señal de agradecimiento por su proteción y amparo durante su estancia fuera de casa.
Esta romería forma parte de las tradiciones más arraigadas de Alcublas. Se trata de una costumbre casi milenaria a la que ningún alcublano falta. Ante cualquier adversidad o penuria colectiva siempre se ha invocado a la Virgen para que aliviase la desgracia. La Virgen de la Cueva Santa, aunque no es patrona del municipio, siempre ha sido para el pueblo un símbolo de esperanza y protección.
En la actualidad esta romería no tiene un carácter únicamente religioso sino que los peregrinos la viven de muy diversas maneras. Pero como bien manda la tradición, al amanecer, una romería con más de 800 personas recorre la distancia entre Alcublas y el Santuario de la Cueva Santa. Un peregrinaje de 12 kilómetros en los que se comparte un día festivo y de convivencia vecinal.
Recorridos unos ocho kilómetros, en lo que se conoce como el "descansador" espera el almuerzo. Los coches aparcados en los arcenes, cunetas y orillas de los caminos montan un improvisado merendero en el que un huevo cocido, una empanadilla, un bocadillo y un buen trago de agua proporcionan las energías suficientes para continuar con el camino.
Casi a la llegada del Santuario, los Alcaldes de Alcublas y Antura se intarcambian sus bastones de mando en un acto de hermandad entre ambas localidades, ya que el Santuario está situado en el término municipal de Altura. A lo lejos, se puede apreciar ya como en los alrededores de la Cueva Santa no cabe un alfiler, los coches se han encajado en el paisaje como si de piezas de un puzle se tratase.
Al llegar la imagen de la Virgen es aplaudida por todos los devotos y visitantes. Este año, un grupo de "Tornejants" de Algemesí espera a la Virgen a las puertas de la Cueva para comenzar su danza de orígenes guerreros. El baile, acompañado únicamente por el sonido del tambor, asombra por su fuerza. Es la danza solemne de unos Caballeros ante la imagen de la Virgen que se remonta al Algemesí del siglo XVI.

Tras el espectáculo comienza una misa que se alarga hasta la hora de comer. Mientras tanto, fuera de la Cueva, centenares de personas preparan cestas, neveras, sillas, mesas... para disfrutar con familiarse y amigos de una comida en el campo. Pero este año, la aparición de la lluvia truncó la ilusión de todo un pueblo que se vio obligado a regresar a comer en casa. Pero la tradición y arrago de este día es tal entre los alcublanos que, cuando cesó la lluvia, fueron muchos los que se acercaron de nuevo hasta el Santuario para poder realizar a pie el regreso al pueblo.
Una romería que, a pesar de las adversidades del tiempo, resultó todo un éxito. Ahora sólo queda esperar un año más para que Alcublas en su totalidad vuelva a acudir puntual como siempre a su cita con la Cueva Santa.

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